La planificación de las comidas y la cocina se han convertido en un esfuerzo de equipo en nuestra casa mientras nos distanciamos socialmente. Mi esposo y yo estamos equilibrando el trabajo y enseñando a nuestros tres hijos desde casa. Por lo general, esto significa que uno de nosotros está trabajando mientras el otro está cuidando a los niños. Esto también significa que uno de nosotros suele trabajar hasta la hora de comer, por lo que la otra persona es responsable de la preparación de la comida. Con este horario alterno, hemos tenido que trabajar juntos para asegurarnos de que nuestras comidas estén planificadas. Nos hemos divertido creando comidas equilibrando su fuerza de poner las comidas en la mesa rápidamente y mi fuerza de cocinar desde cero.

He estado comprando suficientes alimentos para que nos duren un poco más de dos semanas a la vez, así que hemos comenzado a sentarnos juntos cada pocos días para evaluar nuestro plan de comidas. Revisamos dos veces la despensa, el refrigerador y el congelador para ver qué tenemos todavía a mano. Luego escribimos, en una nota adhesiva, qué comidas funcionarán bien durante los próximos días. La persona que prepara la comida puede elegir de la lista lo que quiere hacer.

Cuando es mi turno de cocinar, he empezado a votar a los niños sobre qué comida quieren que prepare. Por lo general, alguien se siente decepcionado, pero sabe que podemos hacer su elección para la próxima comida. Mis hijos también se han convertido en ayudantes más enfocados en la cocina. No tienen las típicas distracciones (amigos, abuelos) que hacen que salgan corriendo en medio de la ayuda. Me gusta tener un par extra (o dos) de manos en la cocina conmigo.

Si bien espero con ansias el futuro cuando pueda volver a hacer viajes semanales al supermercado y planes de comidas, espero que mi familia pueda continuar con este estilo cooperativo de planificación y cocina que hemos comenzado.