A principios de junio, escribí sobre cómo decido qué cultivar en nuestro jardín. Al planificar nuestro jardín este año, les pregunté a mis hijos qué querían cultivar. Mi hijo mayor eligió cultivar cuatro plantas de pimiento diferentes, mi hija eligió cultivar lechuga romana y mi hijo menor eligió cultivar zinnias. Estas opciones no ocupaban mucho espacio, así que agregué dos plantas de tomate y dos plantas de calabaza bellota.

Mis hijos revisaban el jardín todos los días y ayudaban con el riego y el deshierbe. Sus plantas despegaban y se veían bien, pero la naturaleza tenía otros planes. Nos fuimos por unos días y, mientras estábamos fuera, los conejos se sirvieron de lechuga, hojas de pimiento y zinnias. Los niños se sintieron decepcionados, pero han trabajado duro para mantener vivas dos de las plantas de pimiento y algunas zinnias.

Mis hijos también han trabajado duro para proteger los tomates y la calabaza. Como puede ver en la imagen de abajo, ese arduo trabajo ha dado sus frutos. Los tomates y la calabaza casi se han apoderado del jardín. Hemos disfrutado viendo florecer las flores y luego ver cómo esas flores se transforman en hermosos tomates y calabazas. A mis hijos no les gusta comer tomates y calabazas solos, pero sí les gustan tanto en salsas como en sopas. Por lo tanto, estamos planeando cocinar y congelar gran parte de nuestra cosecha para usarla en las comidas de este invierno.