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Seguridad en la cocina: Primeros pasos


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Cocinar en casa se está volviendo cada vez más popular, lo cual es genial porque generalmente significa alimentos más saludables y ahorro de dinero. Me encanta preparar mis propias comidas en casa. Es una oportunidad para hacer algo nuevo y delicioso mientras controlo lo que quiero que vaya en él. Una cocina casera puede ser un lugar maravilloso para explorar recetas, probar nuevas habilidades e incluso pasar más tiempo con su familia y amigos; Sin embargo, las cocinas pueden convertirse fácilmente en un lugar de accidentes si no se toman las precauciones de seguridad correctas. Aquí hay algunos consejos rápidos para comenzar y mantenerlo seguro mientras cocina.

1. Lávate las manos. Tener las manos limpias es una de las mejores técnicas para prevenir las enfermedades transmitidas por los alimentos y la contaminación. Este póster de Lávate las manos es un gran ejemplo de cómo lavarte las manos correctamente. Además, si tienes el cabello largo, asegúrate de atarlo hacia atrás antes de lavarte las manos para mantenerlo alejado de tu cara y de la comida.
2. Tenga un área de trabajo limpia y herramientas limpias. Tener un área limpia puede reducir las posibilidades de contaminación de los alimentos y mantenerte organizado. ¿Quién quiere trabajar en una cocina sucia de todos modos? Asegúrese de que todo el equipo que utilice, como cuchillos, tablas de cortar, tazones y otras herramientas, esté limpio y seco antes de usarlo. Además, mantenga todas las puertas y cajones de los gabinetes cerrados para evitar lesiones y derrames.
3. Lava y revisa tus ingredientes. Si está usando frutas y verduras frescas, asegúrese de lavarlas bien con agua corriente fría, asegurándose de eliminar todos los signos de suciedad. Además, revíselos en busca de signos de deterioro. Si ve puntos blandos, moho u otros signos de deterioro, asegúrese de tirar el trozo de comida para evitar enfermedades transmitidas por los alimentos.
4. Mantenga los alimentos fríos fríos y los alimentos calientes calientes. Los alimentos fríos deben mantenerse por debajo de los 40 °F y los alimentos calientes deben mantenerse a 140 °F o más. Esto ayuda a evitar que los ingredientes se echen a perder. Esto significa que si necesita un ingrediente frío, como la leche, solo sáquelo del refrigerador cuando lo necesite y asegúrese de volver a colocarlo cuando haya terminado.

La próxima semana, compartiré el segundo blog de nuestra serie de seguridad en la cocina con consejos sobre la seguridad de los cuchillos.

Escrito por Annie Contrady, pasante de dietética de ISU


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