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Hay investigaciones que respaldan el dicho «el desayuno es la comida más importante del día». El desayuno contribuye a un mayor rendimiento, menores tasas de ausentismo y tardanza, mayor concentración, menos calorías y una mejor nutrición para jóvenes y adultos. También sabemos que los niños aprenden observando a sus padres. Es lógico que si no modelas desayunando; Sus hijos tampoco obtendrán los beneficios.
Lo ideal es hacer un desayuno equilibrado que consista en proteínas, grasas e hidratos de carbono. Si el desayuno es apresurado, comer algo sigue siendo mejor que no comer nada.
Los desayunos sencillos que se pueden preparar rápida y fácilmente incluyen:
Zumo y cereales con leche
- Tostada con mantequilla de cacahuete y una pieza de fruta
- Parfaits de yogur
- Burritos de desayuno
- Un huevo duro y un bagel
- Haz tus propios paquetes de avena instantánea… (A los niños les encanta hacerlos y te ahorrarán dinero).
- Una barra de cereales o una pieza de fruta fresca y queso en tiras son excelentes desayunos portátiles
- Panqueques de avena
- Golosinas de cereales integrales
Las sobras también pueden ser el desayuno: pizza, sopa y galletas saladas, tortillas con queso derretido o muslos de pollo pueden funcionar en caso de apuro.