Hierbas frescas

Beneficios nutricionales

Bajo en sodio: puede ayudar a reducir la presión arterial alta.

Fitonutrientes: ayudan a nuestras células a crecer y mantenerse sanas.

Selección

Coseche las hierbas temprano en la mañana después de que el rocío se haya evaporado. Manipule las hierbas con cuidado para evitar magullar las plantas.

Seleccione solo las hierbas suficientes para su uso inmediato, a menos que se vayan a secar o congelar. Las hierbas deben estar frescas, limpias y libres de enfermedades. Evite las hierbas que estén descoloridas o dañadas.

Almacenamiento

Dado que el sabor y el aroma de las hierbas disminuyen rápidamente después de la recolección, se recomienda su uso inmediato.

Si no puede usar hierbas de inmediato, córteles los tallos y colóquelos en un vaso con una pulgada de agua. Cubra sin apretar con una bolsa de plástico para permitir la circulación del aire y colóquelo en el refrigerador.

Cambie el agua diariamente. Las hierbas pueden durar hasta una semana almacenadas de esta manera.

Limpieza

Lave las hierbas con agua corriente fría y agítelas para eliminar el exceso de humedad antes de usarlas.

Preparando

Conversión general: 1 cucharada de hierbas frescas = 1 cucharadita de hierbas secas = 1/4 de cucharadita de hierba en polvo

Todas las partes de una hierba son comestibles. La mayoría de las recetas requieren el uso de las hojas. Cuanto más finamente se piquen las hierbas, más aceites se liberarán y más fragante se volverá la hierba.

Las hierbas duras como el romero, las hojas de laurel, el tomillo y la salvia se pueden agregar a los platos hacia el comienzo del proceso de cocción.

Las hierbas blandas como la albahaca, el cilantro, el cebollino, el perejil y el eneldo deben agregarse a un plato hacia el final del proceso de cocción o después de cocinar para obtener el mejor sabor.